[001] No sólo un café


Empiezas pasando por la puerta casi sin mirar al interior. No reparas en su entrada, sus cristales rodeando una esquina en una calle céntrica y muy comercial. Pero un día, un excremento de perro, justo delante de la puerta, te obliga a pararte y… ¡caíste!

Miras hacia dentro y descubres un mundo nuevo. Hay gente en la barra, charlando con caras agradables y sonrientes. También ves gente sentada, en mesas elegantes y sillas cómodas y quieres ser como ellos. Entras y te sientas. Un camarero te ve y se acerca.

-- “El señor tomará…”

No sé lo que tomará el señor pero yo… es muy tarde ya para tomar café, pero no puedes pensar en nada que no sea café. En algunos países puede ser temprano para un café. Ves tu cara reflejada en los cristales junto a tu mesa y sonries, lo último que pediría sería un café. El camarero pasa un trapo por la mesa y te mira con un signo de interrogación entre las cejas.

-- “Póngame un café”

Y el camarero se va. Sin reirse. Tú no lo has visto reirse, se ha tomado en serio la comanda. Ya lo has hecho. Has entrado por la puerta grande.

Bienvenido al club de los muy cafeteros…

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