Quintanilla, mi camarero favorito, tiene siempre la habilicdad de dejarme helado.
La otra tarde, cuando me sirvió mi dosis de café vespertina, me contó que un amigo de su pueblo, que es muy bruto, ha hecho un cursillo "de ordenadores" que, según él, le ha hecho ver la vida de otra forma...
Me contó algunas anécdotas graciosas, pero la mejor fue la de su vaca "Internet". Le pregunté por qué su amigo le había puesto ese nombre y me dijo que fue porque su vaca nació con un defecto congénito en las mamas: tenía tres ubres dobles... ¡Como Internet!
Lo dicho: me quedé helado... y mi café también.
Esta obra está licenciada por Joaquín Romero Zambrano, bajo una Licencia Creative Commons como
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