[014] El beso del café

Se sentaron en la mesa de al lado y tardaron muy poco en empezar su discusión. Era una pareja demasiado joven como para que ninguno de sus problemas tuviera raíces profundas y sin embargo, intercambiaban palabras y gestos que eran amargos y dolorosos como cuchillas envenenadas. Yo los miraba por encima del borde de mi taza de café, amparado en un sorbo de soledad placentera y buscada. Ellos se atacaban mutuamente sin reparar en el resto del mundo y hacían puntería lanzándose reproches afilados y fríos. La chica era rubia y dulce y el chico parecía inocente e inexperto. Pidieron café y el camarero les atendió provocando una pausa obligada en su disputa, una pausa que sólo duró el tiempo necesario. Era una lástima, porque eran tan jóvenes... Ambos estaban empezando sus caminos y ya habían encontrado obstáculos insalvables en su compañero de viaje.

Pero de repente pasó algo que sólo pasa en los cuentos. Algo que sólo se ve en las series de televisión, esas que tratan de asuntos paranormales y de situaciones fantásticas. O en esas películas de ciencia ficción donde suceden cosas que no pueden pasar en la realidad. Yo estaba allí y lo vi todo. Sucedió algo que les hizo mirarse a los ojos y que disolvió por un momento sus diferencias, algo que les hizo pensar que todavía estaban a tiempo de darse otra oportunidad. Ocurrió que, en medio del fragor de su pelea verbal, ambos fueron a levantar sus manos y golpearon sus tazas y éstas saltaron, y sus cafés se derramaron y, al verse ya libres, sus cuerpos negros y líquidos se acercaron el uno al otro y se fundieron en un beso con sabor a café, poniendo en evidencia lo que realmente deseaban sus almas.


Imagen original tomada de http://www.todohumor.com/UserFiles/Image/imagenes/2008/noviembre08/beso-liquido.jpg



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1 comentario:

. dijo...

Eso era porque no habían echado azúcar...